25 DE AGOSTO DEL 2012 E:. V:.
Hay muchos problemas para poder realizar una reconstrucción histórica de la masonería en México desde el siglo XVIII. Este campo de estudio no ha sido desarrollado y mucho menos escrito; ciertamente, la masonería comenzó a cobrar un especial interés por los investigadores y por los propios miembros de la hermandad a partir del siglo XIX, por ser la etapa de transición de un México colonial a un México independiente. Hay quienes sostienen que la masonería en México tiene sus orígenes a partir del contacto con los grupos masónicos de España en 1727.[1]
La masonería en España, poco a poco, tuvo una expansión importante a lo largo y ancho de su territorio, desde el estrecho de Gibraltar hasta las grandes ciudades poseedoras del control político como Madrid. Encontramos entonces una gran aceptación por parte de la población española de la masonería puesto que para 1750 existieron alrededor de cien logias. Pero continúa la confusión: ¿cómo influyó, realmente la masonería a la Nueva España? porque debemos recordar que también hubo ritos paramasónicos.
Desde su origen, la masonería ha tenido problemas con la Iglesia por ser una organización herética y secreta, y más peligrosa aún, por ser organizada y tener entre sus filas gente que piensa.
Los viajes marítimos permitieron una serie de intercambios que no se limitaron únicamente a lo comercial: la información, el conocimiento, las ideas, las noticias y la masonería encontraron suelo fértil en los territorios españoles de ultramar. A la Nueva España llegaron las logias francesas y españolas a mediados del siglo XVIII. En 1751 se enteró el rey Fernando VI de la existencia de los masones en la Nueva España y pegó el grito en el cielo, acompañándolo, la Santa Sede en el grito. Decidieron enviar a un espía: el padre Torrubia; por autorización papal le fue permitido integrarse a las filas masónicas y tomar los juramentos masónicos y, mejor él que los masones; escribió, escribió y escribió; hurgó en los papeles de las logias, se entrevistó con los miembros, ordenó documentos para dar coherencia al informe que el papa Clemente XII le había pedido, investigó los antecedentes de la organización y cómo se formó, qué era la masonería, sus integrantes, sus trabajos, las corrientes e influencias que estudiaban, analizaban y ampliaban, los proyectos políticos y por supuesto los rituales. Su informe ha sido muy importante, porque sin querer plasmó una huella, huella que lesionó a la logia llamada la Catedral de Intramuros, pero fortaleció la masonería porque ese informe se duplicó en mayor o menor medida en la Nueva España y se convirtió en material de apoyo para realizar investigaciones sobre esta sociedad secreta en México.[2]
La masonería fue considerada una amenaza política en las posesiones españolas y fue culpada de la pérdida de las Filipinas por propiciar su movimiento de independencia. Otro observador, cuyo nombre se ignora encontró a la masonería en la raíz de las dificultades de la Iglesia en la América española del siglo XIX. La masonería había comenzado con el proyecto de laicismo, proyecto tomado de las ideas ilustradas o siglo de las luces. En el caso del Rito Nacional Mexicano han sido varios los masones que han participado en su construcción ideológica y sus bases fueron cimentadas con el pensamiento de un filósofo francés, quien ha pasado sin pena ni gloria por la historia universal a pesar de ser el padre de las ideas.
Antoine Louis Claude Desttut, Conde de Tracy. Nació en París el 20 de julio de 1754 y murió en 1836. Fue soldado, aristócrata y político francés de la ilustración. Puso en boca de la gente el término “ideología” a partir de una nueva concepción. En 1801 en el periodo de la Revolución Francesa, estableció el campo de estudio nombrado por él la ciencia de las ideas.[3] Con esta nueva disciplina, Desttut de Tracy consideró que el hombre podría llegar a nuevos estados de conciencia porque “la ideología es simplemente la expresión teórica de una estrategia profunda de reconstrucción social”[4]. Estaba convencido de que el ser humano se desarrollaba y pensaba dependiendo su contexto, creándose en él una forma de ver el mundo. Por lo tanto, si hay una idea equivocada esto se debe eliminar; fue así como propuso la sustitución en las escuelas de la materia de Teología por la de ideología con el fin de reformular y plantear una nueva sociedad. Deseaba que la sociedad pudiera ver la luz a través del conocimiento.
Por equivocado que se pueda escuchar, su postulado estableció que la ideología surge de condiciones ideológicas, es decir, el ser humano al nacer tiene el pensamiento en blanco, pero al llegar una idea, esa idea se convierte en el hilo conductor de su vida, estableciéndose una conducta, un modo de actuar y de pensar que se propaga a otros individuos que lo rodean, y se crea un grupo social con características únicas diferentes de otros grupos sociales.[5]
Gracias a su nuevo concepto de las “ideas” estas fueron retomadas y reinterpretadas para cobrar un nuevo sentido e inspiración en el positivismo de Auguste Comte, corriente de pensamiento que establece la instrumentalización de la razón basándose en procedimientos técnicos para llegar a un fin.[6] Desttut de Tracy sugirió, cosa que lo llevó a la cárcel, que el gobierno debía estar diseñado en ciertos principios que son: la división de poderes, la libertad política, la libertad individual y la libertad de prensa. Prácticamente tenía un notorio pensamiento republicano y no de imperio.
Todos los movimientos sociales, su evolución y su forma de producción tienen su origen en ideas que poco a poco van creando los modelos sociales. Con el uso de las ideas la lógica de la vida va cambiando y el primer reflejo de esto se da en la agricultura, es decir, en su modo de producción, así como en las nuevas formas de trabajo, con las estructuras sociales en la que se establecen estratos que marcan las diferencias sociales, todo basado en pensamientos ideológicos.[7] Desttut nunca perdió el optimismo por la razón, decía: “la razón debe ser el eje constructor”. Fue un pensador convencido de que la religión era el punto central del entorpecimiento de la ciencia, que la ideología debía ser el componente central en la conceptualización de una nueva manera de hacer política y de desarrollar la ciencia.[8] No estaba totalmente en contra de la religión, ésta debía existir, pero a raya, no todo debía estar basado en una doctrina religiosa. Era importante que existiera una autoridad secular.[9]
Esta explicación teórica de las ideas y del creador de las mismas significó el despertar del águila: en el año de 1868, el Primer Gran Luminar Benito Pablo Juárez García, presidente Constitucional de la República, haciendo uso de estos principios, encabezó la reforma de la Constitución y Estatutos Generales del Rito Masónico Nacional Mexicano firmado bajo el nombre simbólico de Zorobabel y desde el 24 de junio del mismo año en el Rito Nacional Mexicano se adoptó el lema: “Al triunfo de la Verdad y al Progreso del Género Humano” más “Libertad, Igualdad, Fraternidad” y se eliminó el uso de la frase: “A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo”. En ese proceso de secularización de la masonería es probable que el Rito Nacional Mexicano haya sido pionero en el mundo, se adelantó al proceso de la Gran Logia de Bélgica en dos años y al del Gran Oriente de Francia, por lo menos en siete años.[10]
Zorobabel, en 1868 y 1869,[11] Creyó oportuno retirar la Biblia como “libro de la Ley”, tradición derivada de la Gran Logia de Londres, y colocar en su lugar la constitución política de 1857. Esto significaría el cambio no solo interno, sino también externo ya que para 1859 y 1860 fueron creadas las Leyes de Reforma significando la continuación de los esfuerzos consolidar la laicización del Estado mexicano. La Iglesia se comenzó a mover, lanzó el Concilio Ecuménico I en 1870 recalcando la infalibilidad del Papa y condenó la libertad de cultos, la educación laica, el matrimonio civil, el divorcio, la libertad de imprenta, el sufragio universal y la separación de la Iglesia y el Estado, además, la Iglesia pretendió mantener los privilegios y la condición de la que gozaba, que continuara prevaleciendo las instituciones religiosas derivadas de ella, que la potestad del clero católico se mantuviera por encima de los Estados Nación, la religión sobre la ciencia, la aceptación del catolicismo como única fe e invalida como herejías: la democracia, el liberalismo y la libertad de consciencia e invita a acabar con males tan terribles como la masonería, el comunismo, el socialismo y la revolución.[12]
A pesar de lo dicho en las líneas anteriores y del peligro que corrió la masonería en México por una sociedad que aún no comprendía lo que significaba un Estado laico, los masones se definieron como una sociedad liberal, civilizadora, progresista y filantrópica; formada por hombres libres, discretos, honrados y que tenían un modo honesto de vivir, unidos por vínculos más estrechos de fraternidad y reconocían el derecho a la mujer de pertenecer a ella, reconociendo la inviolabilidad de las creencias políticas y religiosas y la opinión política y fe religiosa de cada uno de sus miembros.
El haber quitado la Biblia como “Libro de la ley” y colocar la constitución fue muy importante dentro de la historia de la masonería en México y puede concluirse que no fue sólo una motivación masónica, sino una estrategia para formar una generación de mexicanos juramentados para defender los derechos humanos y ciudadanos, las libertades de creencia y de conciencia, salvaguardar la soberanía nacional; mexicanos que se esperaría serían inmunes a los ataques de la Monarquía y del papado. Juramentar sobre la Constitución y no sobre la biblia ha sido una práctica que se ha llevado al ejecutivo. Ejecutivo jura guardar y hacer guardar la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos y velar porque prevalezca la libertad y soberanía del pueblo mexicano.
Queridos HH:. , amigos e invitados, el Estado laico es un espacio lleno de religiones, es un espacio que nos ofrece cada uno la libertad de culto: católicos, cristianos, yorubas, judíos, wiccanos, musulmanes, budistas, protestantes, mormones, etc. Encuentran en este país, un país libre para el ejercicio de su doctrina, así como la protección de las leyes; leyes diseñadas en el seno del Rito Nacional Mexicano, apoyados en la ciencia, luz de todo conocimiento. Varios masones, entre los que se encontraban los más importantes miembros del Rito Nacional Mexicano como: Valentín Gómez Farías, José María del Río, Manuel Crescencio Gracia Rejón y Alcalá, Miguel Lerdo de Tejada, Benito Pablo Juárez García, Ponciano Arriaga Leija y Francisco Zarco fueron partícipes directos del Congreso Constituyente de 1856-57 y defensores de la laicización del Estado mexicano y de los procesos de secularización de la sociedad.[13]
Para 1887, los masones del Rito Nacional Mexicano estaban convencidos de que su misión política había llegado a su fin y decidieron disolverlo, quedando su Gran Luminar Francisco de P. Gochicoa con los archivos y con la facultad para restablecerlo cuando fuere necesario o lo creyere conveniente, lo que debió suceder, porque no sólo resurgió en las primeras décadas del silgo XX, sino que continúa operando en lo que va del siglo XXI.
Hermanos todos, iniciados o no: el compromiso es inminente. Las circunstancias del país y del mundo nos exigen que redoblemos fuerzas de trabajo, nos exigen cerrar, nuevamente, filas, mas no con manifestaciones efímeras, sino que en cada una de nuestras cabezas se establezca, de modo fijo y permanente la idea (como dijo DedT) de que la verdad fuera coherente con la realidad en la que vivimos. Pero no la realidad sucia y turbia por los vicios y la sangre de los inocentes derramada en suelo mexicano, sino con nuestra propia sangre, porque somos herederos de este legado, producto del amor a la patria y a nuestros semejantes y porque al afiliarnos a la fraternidad universal, adquirimos un compromiso por ser parte el progreso del género humano.
“ENTRE LOS INDIVIDUOS COMO ENTRE LAS NACIONES, EL RESPETO AL DERECHO AJENO ES LA PAZ”
I:. P:. H:. BENITO PABLO JUÁREZ GARCÍA
1ER G:. L:. G:. M:. DE LA O:. DEL R:. N:. M:.
Fraternalmente
José Antonio Padilla de la Peña.
Bibliografía
Fuentes electrónicas
Metanoia.lacoctelera.net/post/2009/10/18/la-ideologi-a-como-ciencia
www.ideologicoa.blogspot.es/1255756560
Fuentes escritas
Guillermo de los Reyes Heredia, Herencias secretas. Masonería, política y sociedad en México, Puebla BUAP, 2009.
Carlos Francisco Martínez Moreno, “Estado nación laico y secularización masónica en México” en REHMLAC, San José Costa Rica, vol. 3, N° 2, diciembre 2011-abril 2012.
Ridley, Jasper, Los masones. La sociedad secreta más poderosa de la tierra, Argentina, Vergara-Grupo Zeta, 2ª ed. 2005.
“Orígenes, desarrollo y actuación de la Francmasonería” en Valentí Camp, Santiago, Las Sectas y sociedades secretas a través de la Historia, Tomo II, México, Editorial Valle de México, 1975.
[1]Guillermo de los Reyes Heredia, Herencias secretas. Masonería, política y sociedad en México, Puebla BUAP, 2009, pp. 55-56.
[2] Ibidem, p. 56.
[3] www.ideologicoa.blogspot.es/1255756560
[5] www.redaccionpopular.com/content/la-ideologi-su-historia
[7] Idem
[8] Metanoia.lacoctelera.net/post/2009/10/18/la-ideologi-a-como-ciencia
[10] Carlos Francisco Martínez Moreno, “Estado nación laico y secularización masónica en México” en REHMLAC, San José Costa Rica, vol. 3, N° 2, diciembre 2011-abril 2012, p. 55.
[11] Ibidem, p. 48.
[12] Ibidem, p. 49.
[13] Ibidem p. 60.
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